El año pasado (2012), la Asociación Civil “El Poder del
Consumidor”, dio a conocer que, en México se consumen 163.3 litros de refresco
per cápita y que en cinco años nuestro país desplazó a Estados Unidos del
primer lugar, cuyo registro se encuentra en 118.1 litros por persona.[1]
A esta lista se suman países como Chile, con 116.2
litros; Brasil, con 89.1 litros; Colombia, con 65.3 litros y Perú con 55.7
litros.[2]
Lo que llama la atención de esta situación, es que la
población de Estados Unidos es mucho mayor a la de México, 316,668,567 vs.
116,220947 habitantes, respectivamente.[3]
Con el aumento del consumo de refrescos, en el país aumentaron los casos de
obesidad y por consiguiente diabetes; por ejemplo, durante el sexenio del
ex-presidente Felipe Calderón Hinojosa, 482,140 muertes fueron causadas por la
diabetes, lo que significó un aumento del 33.36 por ciento en comparación con el sexenio
anterior cuyo registro se encontraba en 361,514 fallecimientos.[4]
Tan solo en el año 2000, las muertes causadas por la diabetes fueron
46,525, pero doce años más tarde, esta cifra se encontraba en 89,414, un
aumento hasta del 92 por ciento.[5]
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