Hoy día, los niños se enfrentan a la invasión de
anuncios televisivos, principalmente en horario infantil, promoviendo el
consumo de bebidas azucaradas y comida chatarra.
La Asociación Internacional de Alimentos y Bebidas, que engloba a todas las
empresas, acordó en el 2008, de manera voluntaria con la Organización Mundial
de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura
y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), sacar de la publicidad
reproducida en la televisión, anuncios que resulten poco saludables para la salud
infantil.
Pero cinco años después de realizarse este compromiso, la OMS, empresas
refresqueras y el gobierno mexicano, incumplieron lo acordado y el consumo de
refresco se elevó más de 30 por ciento.
De enero a agosto del 2012, la inversión en campañas
publicitarias para 11 productos fue de $408 millones 776 mil 124 pesos, en
contraste con que de cada $100 destinados por la Secretaría de Salud al combate
del sobrepeso y la obesidad a nivel nacional, $55 son para tratamiento de
complicaciones y $45 para manejo de caso controlado y monitoreo anual, no
existe un fondo significativo destinado para campañas de prevención, y de ese
dinero, $51 provienen de los ingresos familiares.